¿Porque utilizar conductos para canalización?

Los conductos de aire son una parte importante en una instalación de acondicionamiento de aire o climatización, con ellos se puede repartir el aire tratado entre el aparato acondicionador y los espacios acondicionados. También pueden extraer el aire viciado de un local, o bien introducir  aire nuevo desde el exterior.

Los conductos flexibles más usados están formados por dos láminas de PVC o de aluminio, con un aislante intermedio y una armadura de espiral de alambre de acero para mantener la parte circular; sus características deben cumplir con la norma europea UNE-EN 13180. Se utilizan como tramos de conexión desde el conducto principal hasta los terminales o bocas de salida, con una longitud máxima que se recomienda no superar 1,5 m, por la posible pérdida de carga o producción de ruidos.

Ventajas y desventajas

Los conductos son la mejor opción siempre que tengamos que aclimatar más de una habitación, y esto es debido a varios motivos. Lo primero que a todos nos viene a la cabeza es el ahorro económico que supone el no tener que comprar más de una máquina, y el hecho de que los conductos no tienen fecha de caducidad. Luego, el tiempo y el espacio que nos supondría la instalación de más de un aparato.

No menos importante es el ahorro de energía, ya que la mayor eficiencia energética deriva del hecho de trabajar con una única unidad externa, de gran capacidad, en vez de varias de menor potencia, lo cual nos permite la ‘zonificación’, o capacidad de regular la temperatura y flujo del aire en cada estancia o zona del recinto.

Estéticamente, los conductos nos permiten colocar los aparatos principales en el exterior, y trasladar el aire, a través de ellos, de una habitación a otra, mediante conductos de aire que se colocan en falsos techos. Con ello, en el interior de las habitaciones sólo colocamos una rejilla, lo cual también hace posible reducir el ruido hasta niveles muy bajos.